Buscar Encuestas de Opinión

Las encuestas de opinión como una forma de muestreo

Hoy mencionaremos un error que se suele encontrar frecuentemente en la literatura sobre las encuestas y sobre las encuestas de opinión.
El mismo consiste en confundir todas las encuestas con las encuestas de opinión o con las encuestas sociales. Si se pretende elucidar qué es una encuesta, o brindar una definición, hay que dejar en claro que de ninguna manera es algo que se aplica a las personas necesariamente.
En realidad, la encuesta es una técnica de recolección de datos (alguien podría cuestionar hasta donde los datos se "recogen" como quien toma algo que ya está dado por ahí y no son creados, al menos hasta cierto punto por quien investiga, pero ese es otro problema que abordaremos más adelante) que deriva o es una aplicación del procedimiento de muestreo.
Específicamente es el empleo de ciertos procedimientos estandarizados y validados de investigación bajo los cuales se toma información sobre una muestra representativa de una población o universo, como se suele denominar el conjuto total investigado.
Está claro que el propósito de tales procedimientos de investigación es mejorar nuestra intelección de algún fenómeno, digamos obtener una buena explicación.
Uno puede realizar una encuesta mediante la cual se seleccionen por muestreo libros de una biblioteca sobre los que se completa en un cuestionario cierta información, pues lo que importa es que el procedimiento sea muestral y representativo.
Ello, como ya hemos mencionado, resulta de la aplicación de la teoría matemática de las probabilidades a la investigación de fenómenos, incluso no sociales.
Una encuesta por muestreo se diferencia de un censo en que éste consiste en administrar un cuestionario a toda la población de que se trate, en tanto que la encuesta siempre es aplicada a una muestra, en el mejor de los casos representativa.

Historia de las encuestas de opinión: las votaciones particulares

Un capítulo interesantísimo de la historia de las encuestas de opinión lo constituyen las "votaciones particulares". Estas consistían en una especie de simulacro del acto electoral realizadas con el fin de obtener de antemano, o sea antes del día del escrutinio, datos sobre lo que ocurriría. El sueño de la profecía.
Hay que decir, sin embargo, que algo un tanto similar a lo que detallaremos seguidamente se hace aún hoy por parte de las empresas y consultoras de opinión pública, pues en muchas ocasiones las encuestas preelectorales incluyen, en su tramo final el pedido de que el entrevistado tome un sobre -entregado por el encuestador- y realice fuera de la vista de éste una elección entre varias boletas que le fueron otorgadas.
Generalmente el sobre, cerrado, se coloca en una urna o en otro sobre más grande. Pero la diferencia es que esta información se contrasta con la obtenida en la encuesta, que sí tiene rigor científico, si es que estamos hablando de una institución seria.
Bueno, las votaciones particulares eran unas votaciones medio de entrecasa, un poco al revoleo que encargaban algunos diarios norteamericanos hambrientos de primicias.
Las primeras fueron realizadas por los diarios Harrisburg Pensylvanian y Raleigh Star y fueron de carácter local. Los procedimientos, caracterizados por no poseer rigor metodológico eran tales como completar un formulario del periódico con el nombre de la persona que se iba a votar y luego enviarlo por correo a la redacción, realización de encuestas por correo y hasta una "votación" con urnas y todo realizada en algunas calles concurridas.
Precisamente, y a causa de la mencionada falta de rigor, las votaciones particulares constituyeron un paso importante el el origen de las encuestas de opinion porque fueron un terrible fracaso. En el siglo XX las más conocidas fueron las de una revista, Literary Digest, que en 1936 y luego de gastar mucho dinero en enviar por correo y procesar los datos de 2.000.000 de encuestas predijo equivocadamente que ganaría el candidato republicano. George Gallup, Elmo Roper y Archival Crossley anunciaron, luego de encuestar a no más de 5.000 personas que Eleanor Roostvelt ganaría. Y no se equivocaron. Gallup y sus amigos inauguranon la epoca de los sondeos de opinión que empleaban muestreos representativos ajustados con cuotas de nivel socioeconómico, sexo de los entrevistados y rangos de edad. Esto, con algunas variantes, es lo que se realiza en la actualidad. El impacto que produjo el fracaso de Literary Digest y el éxito de Gallup y compañía llevó al conocimiento del gran público y a una aceptación general el empleo de encuestas de opinión por muestreo, a pesar de que en investigación de mercado ya se empleaban.
En poco tiempo, como era de esperar, tanto en Estados Unidos como en Europa surgió una serie de instituciones privadas y estatales cuya tarea principal o exclusiva era la realización de encuestas de opinión empleando procedimientos muestrales.

Encuestas de opinión: historia y algunas precisiones metodológicas

Las encuestas de opinión no son, en realidad, otra cosa que una manera de investigar. Particularmente, son un método -o un conjunto de métodos o técnicas- destinado a obtener información acerca de algún aspecto de la realidad social. Bien entendida, entonces, como estrategia de investigación de fenómenos sociales, la encuesta de opinión es bastante reciente, pues su empleo sistemático y controlado (y exitoso) data del periodo de entreguerras del siglo XX.
Las razones prácticas que llevaron a su desarrollo (algo rápido) e implementación eran, naturalmente de tipo bélico, económico y en gran medida relacionadas con los profundos cambios sociales y políticos que se operaron es ese particular periodo. Sin embargo, y más allá de las necesidades prácticas puntuales que le dieron origen, la encuesta no hubiera sido posible sin los desarrollos teóricos y metodológicos que la sustentan y que, anteriormente, no habían tenido lugar. Como hemos señalado, la encuesta siempre es, además de otras cosas, la aplicación de ciertos procedimientos matemáticos para la obtención de información sobre la realidad social. Aquí debe señalarse la importancia de la sociología norteamericana, encarnada en importantes teóricos e investigadores como Paul Lazarsfeld y el famoso George Gallup.
En el siguiente posteo mostraremos como, en el caso norteamericano en particular, las votaciones particulares y ciertos desarrollos de la psicología social prepararon el terreno, por decirlo así, al surgimiento del survey, de la encuesta de opinión tal como hoy la conocemos, entendida como una herramienta de registro de la opinión pública.
Señalemos finalmente que, como una música de fondo de todas estas motivaciones y antecedentes, siempre existió asociado con la investigación a través de encuestas de opinión lo que Karl Popper llamaba el viejo sueño de la profecía: el deseo de poder saber lo que ocurrirá. No es necesario para saber qué es una encuesta o para realizarla adecuadamente tomar este factor en consideración, pero si deseamos arribar a una comprensión del asunto, no se debe olivdar esto. Muchos son quienes no lo tienen presente, y muchos quienes, equivocadamente, creen haberlo alcanzado.